EXPERIENCIAS EN SAN MIGUEL DE ALLENDE
Festividades como el Convite de Locos confirman porqué San Miguel es un destino donde los eventos tienen un toque cultural.
Como cada año, San Miguel de Allende invita a vivir una experiencia llena de color, música y locura el 16 de junio, durante el Tradicional Convite de Locos en Honor a San Antonio de Padua.
A manera de desfile, esta celebración recorrerá las principales calles de la ciudad, donde miles de espectadores se darán cita para admirar los casi 50 carros alegóricos que acompañarán a los “locos”, quienes son personas de todas partes de la ciudad disfrazados de personajes de caricaturas, películas, historietas, figuras políticas, muñecos cabezones y todo aquello que su imaginación les permita.
En un ambiente completamente familiar, tanto sanmiguelenses como visitantes se darán cita para convivir, donde la música, la diversión y la algarabía serán los principales elementos, a la par que atrapan algunos dulces que los participantes regalarán a lo largo del recorrido.
Un poco de historia…
La figura del loco nace de la danza de los hortelanos que tradicionalmente se bailaba para las fiestas de San Isidro Labrador y San Pascual Baylon. Como la gente se agrupaba para ver la danza y no se les permitía bailar, se comenzó a incluir en ella hombres vestidos de espantapájaros, con ropas raídas y que con varas de membrillo y algunas veces animales vivos, asustaban a los curiosos, a fin de que abrieran espacio para la danza; por ello, a estos personajes se les comenzó a llamar locos. Ya para el siglo XIX, el disfraz del loco fue evolucionando a trajes de coloridos payasos, con bombachas y máscaras de cartón o madera.
Se recomienda a quienes asisten llevar ropa y zapato cómodos, gorra o sombrero, mantenerse hidratado, identificar al personal y cuerpos de emergencia por cualquier eventualidad y recordar que, durante el convite se cierran muchas de las calles de la ciudad.
Es importante estar al tanto de estas festividades que pueden integrarse a cualquier evento como una forma de enriquecer la agenda o programa con un toque cultural.