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Un viaje entre culturas milenarias

La Ruta de la Seda en Turquía ofrece historia, arte y tradición en el corazón de Anatolia

Viajar por la Ruta de la Seda en Turquía es adentrarse en un recorrido fascinante que une historia, cultura y tradiciones que han perdurado por siglos. Este antiguo trayecto, que conectaba el Lejano Oriente con Europa, encuentra en Anatolia uno de sus tramos más ricos en patrimonio, donde civilizaciones dejaron huellas imborrables.

Gracias a Turkish Airlines es posible iniciar esta travesía desde México, con vuelos diarios desde Ciudad de México a Cancún y, posteriormente, a Estambul. Desde allí, los viajeros pueden comenzar su recorrido por una Turquía que aún conserva la esencia de su glorioso pasado.

Anatolia, en el centro del país, ha sido desde la antigüedad un puente entre culturas. Durante la Edad Media, la Ruta de la Seda atravesaba esta región, conectando Asia Central con puertos clave como Éfeso, Mileto, Trabzon y Sinop, hasta llegar a Europa. Hoy en día, ciudades como Erzurum, Sivas, Amasya, Konya y la vibrante Estambul siguen ofreciendo productos artesanales, como la seda 100% auténtica del Gran Bazar.

Pero el viaje va más allá del comercio: es una inmersión cultural profunda. La tradición oral del meddah, inscrita por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial, deleitaba a los viajeros con relatos populares. Igualmente emblemático es el ritual Mevlevi Sema, protagonizado por los derviches giradores, que transforma la espiritualidad en danza y música, otra experiencia que perdura desde hace siglos.

La Ruta de la Seda también celebra los oficios ancestrales, como el arte del tejido de alfombras turcas, conocidas mundialmente por su calidad, simbolismo y belleza. Cada diseño narra historias antiguas, reflejo de un legado transmitido generación tras generación.

Entre los lugares imperdibles destacan la Gran Mezquita y Hospital de Divriği, joya de la arquitectura selyúcida; la ciudad de Safranbolu, con sus casas otomanas perfectamente conservadas; y Konya, ciudad espiritual por excelencia. Erzurum, con su Mezquita de Ulu, su Torre del Reloj y el Museo Islámico de Arte, es otra parada recomendada, rodeada además de belleza natural.

Viajar por la Ruta de la Seda en Turquía es revivir una epopeya histórica y cultural que sigue viva en sus ciudades, su gente y sus tradiciones. Un destino que ofrece mucho más que paisajes: ofrece conexión con la historia.

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