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La Catedral de Sal crece para la industria de reuniones
Los organizadores de reuniones están en una búsqueda permanente por encontrar lugares con encanto, que sorprendan. Por esta razón no es extraño que la se haya consolidado como uno de los lugares no tradicionales más importantes del país para albergar eventos y reuniones.
Escogida como la Primera Maravilla de Colombia luego de un concurso de votación popular que se llevó a cabo en 2007, la Catedral está ubicada a poco más de una hora hacia el norte desde Bogotá.
Su director comercial, Juan Pablo García, explica la estrategia que se ha implementado en los últimos años con el fin de hacer a este sitio más fuerte en la industria de reuniones. “Desde 2012 tenemos un convenio con el , que ha sido fundamental para nosotros. Hemos encontrado un buen mercado”, señala García al mencionar uno de los principales atractivos para los clientes corporativos de la Catedral: un salón de reuniones ubicado 180 metros bajo tierra, en el que caben 260 personas.
“Esta es una oferta única”, agrega el director comercial de la Catedral de Sal de Zipaquirá, quien explica que los ingresos que proporciona el turismo MICE son fundamentales para conseguir que se mueva la cadena productiva.
“Estamos creciendo. Vamos en un 5 por ciento de ingresos provenientes de eventos y reuniones, y sabemos que el futuro turístico de Zipaquira está ahí; pero el destino tiene que prepararse con una mejor infraestructura hotelera. Ahora podemos atender a unas 150 personas para un evento que dure dos días. La ciudad se va volviendo cada vez más atractiva con un auditorio 180 metros bajo tierra”, añade García e indica que, debido al crecimiento que se ha percibido, a finales de este año en la Catedral deberá estar listo otro salón subterráneo, en el que cabrán 120 personas.
En cuanto a los eventos que tienen lugar en las naves de la Catedral (en la central caben hasta 800 personas y en la del nacimiento, 700), García comenta que se trata muchas veces de lanzamientos de productos, activaciones de marca y cenas de gala.
“Nos aseguramos de que estos certámenes no se salgan del contexto de la Catedral. Es decir, no hay fiestas; pero sí promovemos la cultura colombiana y los espacios únicos que Colombia tiene como destino de reuniones. Se usa mucho hacer un concierto de música sacra o de cámara y luego pasar al coctel, la cena o el brunch en una de las naves de la Catedral”, dice.