JW Marriott El Convento Cusco

JW Marriott El Convento Cusco es una auténtica joya histórica enclavada en el corazón del centro histórico de Cusco, a solo pasos de la emblemática Plaza de Armas. Diseñado en torno al antiguo Convento de San Agustín del siglo XVI —declarado Patrimonio Cultural por el Gobierno peruano— este hotel boutique ofrece una experiencia sin igual, fusionando magistralmente historia, sofisticación contemporánea y un servicio impecable.

“Entras al hotel y es como entrar a otro mundo. Cada rincón cuenta una historia”, afirma Marcela Steffens, Gerente General del JW Marriott El Convento Cusco. Y no exagera. El edificio ha sido cuidadosamente restaurado para preservar vestigios arqueológicos de cinco períodos distintos: Pre-Inca, Inca, Colonial, Republicano y Contemporáneo. El resultado es una inmersión viva en la historia peruana, con espacios únicos como su patio colonial —el más grande de Cusco— y un museo interno que los huéspedes pueden recorrer en visitas guiadas diarias.

Una de las características más notables del hotel es su respuesta a la altitud de Cusco, situada a 3,400 metros sobre el nivel del mar. Todas las habitaciones están equipadas con un sistema de oxigenación que mejora la calidad del sueño y reduce los efectos del mal de altura. “Es el único hotel en Cusco con 100% de sus habitaciones con oxígeno. Esto garantiza el bienestar y energía de nuestros huéspedes para disfrutar al máximo su estadía”, destaca Steffens.

Las habitaciones, recientemente renovadas, combinan un diseño contemporáneo con elementos coloniales, techos altos, pisos de madera y ventanales con vistas a muros incas originales o a los patios del convento. Cuentan con aislamiento acústico, iluminación ambiental y todas las comodidades modernas que esperan los viajeros exigentes.

Para quienes buscan experiencias inmersivas, el hotel ofrece rituales andinos como el “Pago a la Tierra”, ceremonias tradicionales que conectan al visitante con la cosmovisión local. Además, su spa utiliza ingredientes y prácticas ancestrales en sus tratamientos, y las clases de yoga o degustaciones sensoriales enriquecen aún más la experiencia.

Gastronómicamente, el hotel también se distingue. El Qespi Restaurant & Bar celebra la riqueza de la cocina peruana con un enfoque en ingredientes locales y frescos, muchos de los cuales provienen del propio huerto JW Garden. “Nos encanta que los huéspedes elijan las hierbas que usarán en sus platos o cócteles. Hacemos que cada cena sea única”, comenta Steffens. El Nina Soncco Lounge, con su chimenea central, es ideal para disfrutar de cócteles de autor en un ambiente íntimo y acogedor.

Para el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences & Events), el hotel ofrece cinco espacios multifuncionales, incluyendo el majestuoso Salón Panaka, el exclusivo Salón Galería y, por supuesto, el patio principal, perfecto para cócteles, bodas, cenas privadas o lanzamientos. Además, su ubicación privilegiada permite fácil acceso a las principales atracciones, museos, restaurantes y experiencias culturales de Cusco. “No solo somos sede de eventos, creamos experiencias memorables en un entorno auténtico”, señala la gerente.

El compromiso del JW Marriott El Convento Cusco con la sostenibilidad también es evidente. A través de ferias artesanales, mentorías y programas de apoyo a comunidades como Chincheros o Maras, el hotel impulsa el desarrollo económico local y la preservación de las tradiciones.

“Lo que más sorprende a nuestros visitantes es la conexión genuina con el equipo humano. En Cusco el servicio nace del corazón”, concluye Steffens. Ese equilibrio entre historia viva, hospitalidad cálida y excelencia moderna hace del JW Marriott El Convento Cusco un destino en sí mismo.

Descubre por qué Cusco —y este convento transformado en hotel— es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad peruana.